,

VIAJANDO CÓMODA

Monday, April 08, 2019

bag: Kipling  | look: click aquí

Escapar de la rutina cada dos fines de semana, a pesar de sonar maravilloso, tiene también sus desventajas. El finde pasado, de hecho, fui a Barcelona de jueves a domingo. Soy estudiante, como muchos de vosotros, y creo que me entendéis cuando el viaje que puedes permitirte incluye coger un bus a las 3 de la mañana para llegar al aeropuerto de las afueras de X ciudad a tiempo, porque desde allí salen las aerolíneas los-cost. ¿ El resultado de esto?  Continuos comentarios de gente adulta diciendo “bueno mujer, eres joven” cuando te quejas de que tus últimas horas de sueño contabilizado no superan las 6 en dos noches. Y es verdad, por supuesto que es verdad. Somos jóvenes.
Y para mí, ser joven implica moverse. Tenemos una eternidad para asentarnos, formar nuestra perfecta vida sistematizada, encontrar el curro que dará el pego en tu CV. Pero no tenemos toda una vida para experimentar lo que pasa de los 18 a los 30 (digamos 35). Y eso es la juventud. Efímera, veloz, escasa. En inglés incluso suena mejor: Youth. 
A raíz de este último viaje a Cataluña, y debido a las múltiples contracturas que se me formaron con tanto trajín en la capital catalana, me replantée seriamente el sustituir el gran bolso de viaje que siempre llevaba conmigo.
Por eso, cuando la marca Kipling (fundada en Ambers, Bélgica, en 1987) contactó conmigo ofreciéndome probar una de sus mochilas, acepté con la mayor de las curiosidades. ¿Qué escondía una marca que llamaba a su colección ‘transformables de primavera’? En su página podían apreciarse los valores de la organización: curiosidad, movilidad, comodidad. Y, ante mí, un conjunto de distintos modelos de bolsos y mochilas con los diseños más elegantemente minimalistas que había visto. 
Todos mis amigos tenían una mochila de estilo parecido, pero, cuando mi Komori M llegó, todos se ofrecieron a quedársela en el caso de que a mí no me gustara. Serán perros. Pero, como era de esperar, la mochila me encantó y mis queridos amigos se fastidiaron. 
La mochila pues, es el modelo Komori M, en color Casual Grey. Hay más tamaños, estilos y colores, por supuesto, pero esta me encantó por ser ideal para llevar ordenador, tablet, y hasta zapatos. Con ella puedo salir de casa a las 8 de la mañana y llevar todo lo necesario para poder volver al final del día y haber cumplido todos mis propósitos diarios. Las cremalleras son marrones, y las asas y detalles en beige. Además, el material es buenísimo, lo notas no solo mirándola, si no al tacto.
Nunca había tenido una mochila de semejante calidad, me cuesta invertir cantidades grandes en objetos materiales, prefiero ahorrarlos para pagar viajes. Pero, sinceramente, una vez probada Kipling , he llegado a la conclusión de dos cosas: la primera, que a partir de ahora cada viaje que haga será con esta mochila, lol; y, la segunda, que en ciertas cosas, como las planchas del pelo o en este caso, bolsos de viaje, conviene gastar un poco más, cuidar tu espalda, y curiosear el mundo de la manera más cómoda (y elegante) posible. 
Debajo os dejo un par de fotos del conjunto del sábado. En la mochila llevaba todos mis apuntes, libros y electrónica para pasar el día en la biblioteca, y hasta me cupo la compra de verduras del día que hice en el mercado local. Mi espalda está encantada, y, para qué mentir, yo también.

Os deseo la mejor de las suertes en vuestros proyectos, exámenes, whatever. Y que gocéis de Semana Santa, que si no es para disfrutar, ¿para qué queremos el dinero? 

Todo mi amor gallego desde Países Bajos,
Bárbara Cea.

PD: seguidme en Instagram y YouTube si es que no lo hacéis ya, jeje ❤️ 
· INSTAGRAM: http://instagram.com/barbara.cea (12.8k)










You Might Also Like

0 comentarios